He aquí cuatro pruebas sencillas
para determinar el estado de tus ventanas:

¿Sabías que, según la Organización Mundial de la Salud, el ruido es una de las principales causas de daños para la salud humana?
Por lo tanto, es fundamental que tus ventanas aíslen bien de la contaminación acústica exterior, sobre todo del ruido del tráfico.
Presta atención a este aspecto, ya que puede mejorar tu confort a la hora de dormir.

¿Sabías que alrededor del 20 % de la energía empleada para calentar y enfriar las habitaciones se desperdicia por ventanas que aíslan mal?
Intenta colocar un mechero cerca de las bisagras de la ventana en todo su perímetro. Si notas que la llama se atenúa o incluso se apaga, hay una grave infiltración de aire (y, por lo tanto, de esmog) desde el exterior.

Para que tu ventana actual rinda al máximo, su manija tiene que girar con total fluidez.
Un posible mal funcionamiento podría deberse a un problema estructural del marco o de la hoja que, en la mayoría de los casos, es difícil de resolver.
Este mal funcionamiento podría incrementar el paso de aire desde el exterior y, por tanto, provocar una pérdida de energía considerable.

¿Sabes que, en más del 80 % de los casos de robo en una vivienda, los ladrones consiguen entrar por una puerta o una ventana que no esté protegida de forma apropiada?
Proteger ventanas y puertas es fundamental: puedes empezar por oscurecerlas exteriormente hasta aumentar los puntos de cierre de tus ventanas. Ten en cuenta que, muchas veces, los ladrones entran en las viviendas haciendo palanca entre el marco y la hoja de la ventana. Por lo tanto, es muy importante que haya múltiples puntos de cierre entre ellos.
En cambio, otras veces consiguen entrar realizado un simple agujero cerca de la manija para poder girarla y, por tanto, sería oportuno tener una manija con llave o botón.